POBLACIÓN URBANA Y POBLACIÓN RURAL
El mundo
actual se destaca por el desborde de los centros urbanos que se extienden más
allá de sus límites originarios y ocupan áreas que antaño eran rurales. Este
fenómeno de carácter mundial ha planteado el problema de definir el límite o la
diferencia entre el espacio urbano y el espacio rural.
Se han
propuesto varios criterios para diferenciar el espacio urbano del espacio
rural:
- Actividad de la población: Se
considera que en los espacios rurales la población se dedica al cultivo de
la tierra y cría de ganado o extracción de minerales mientras que en los
espacios urbanos se dedica a actividades industriales, comerciales y de
servicios (educación, salud, etc).
- División de las parcelas:
Existencia de una estructura diferente en la división de la tierra, con
presencia de manzanas y lotes en el espacio urbano y de grandes parcelas
en el espacio rural.
- Concentración de las viviendas:
Presencia de viviendas próximas entre sí como característica del espacio
urbano en tanto que la vivienda aislada distingue al espacio rural.
- Equipamiento: Existencia y
continuidad de ciertos equipamientos (agua potable, cloacas, asfalto de
calles, alumbrado público, etc.) que es más común encontrarlos en espacios
urbanos y no en los rurales.
- Densidad de población: Elevada
en los espacios urbanos y baja en los espacios rurales.
No existe un
criterio que tenga validez en todo el mundo para diferenciar los espacios
urbanos de los espacios rurales y los ello cada país aplica diferentes
criterios, generalmente basados en consideraciones de orden cuantitativo
referidos a la población. Por ejemplo en Argentina se considera urbana a toda
localidad que supere los 2000 habitantes y aquellas agrupaciones de personas
que no alcanzan ese monto son consideradas rurales. Para el caso de otros
países dicho valor cuantitativo puede ser menor o mayor.
En resumen se
considera población urbana a la que vive en ciudades y se considera población
rural a la que vive en el campo.
La tendencia a
nivel mundial es la creciente urbanización, es decir, el incremento del total
de población de cada país que vive en ciudades por consiguiente el espacio
rural pierde población. Sin embargo, en líneas generales, se puede advertir que
aquellos países más desarrollados las actividades económicas predominantes son
la industria, comercio, servicios y otras; en cambio en países en vías de desarrollo
las actividades que predominan son las agrícolas ganaderas. Por lo tanto se
puede decir que los países más ricos tienen mayor cantidad de población urbana
y los países más pobres mayoría de población rural.
Los factores
que han incidido para el crecimiento de la población urbana a nivel mundial son
la creciente mecanización de las tareas agrícolas y ganaderas (reemplazo del
ser humano por máquinas) por lo que en el ámbito rural hay cada vez menos
trabajo produciendo el denominado éxodo rural; las ciudades ofrecen gran
cantidad de servicios (educativos, sanitarios, esparcimiento, etc.) que
generalmente no se encuentran en el campo; y la instalación en ciudades de
trabajadores agrícolas, es decir que viven en la ciudad pero trabajan en los
campos próximos dando lugar a las agrociudades.
Al mismo
tiempo que disminuye la población rural se generan graves problemas en las
ciudades; provisión de agua potable, recolección y destino de los residuos,
disponibilidad de cloacas, seguridad, etc.
El proceso de urbanización
ha dado lugar a las grandes ciudades llamadas megaciudades, que son aquellas
que por sí solas albergan a varios millones de personas, tal es el caso de
Tokio con 29 millones, Bombay con 26 millones, Lagos con 24 millones y San
Pablo con 20 millones entre otras.
Algunas
megaciudades han crecido tanto que se han unido con otras megaciudades cercanas
dando origen a un fenómeno llamado megalópolis, como por ejemplo en Estados
Unidos desde Boston hasta Washington por lo que la megalópolis se le ha denominado
Boswash.
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